miércoles, 14 de noviembre de 2012

En 6 horas, los desiertos del planeta reciben toda la energía que consume la Humanidad en un año.

El proyecto DESERTEC nace como una solución a los problemas que conciernen a la Unión Europea, al tratarse del mayor importador de energía del Mundo. En este sentido destaca, como no podría ser de otro modo, la importación de petróleo y gas procedente de países (golfo Pérsico, Rusia y norte de África), cuyas inestabilidades tanto políticas como sociales dotan a este suministro un futuro del todo incierto.

Es por ello, que la búsqueda de una mayor diversificación de los combustibles, de las fuentes de suministro y de las rutas de tránsito, así como el compromiso en el cumplimiento de los objetivos fijados para el 2020 en torno al cambio climático, han desencadenado en la aparición del llamado Desertec Industrial Initiative (DII), conocido por muchos del sector como el mayor y más ambicioso proyecto energético de la historia.

El faraónico plan de sembrar de paneles solares el Sáhara suministrará a España parte de la electricidad producida, entre 2015 y 2016, si se cumplen los plazos previstos.

Proyecto DESERTEC.

Alemania, cuyas empresas capitanean la iniciativa, ha adelantado su inicio en tres años porque ha decidido prescindir de la energía nuclear en 2022 y porque cree que la llamada primavera árabe facilita la puesta en marcha de ideas innovadoras en un marco político más estable.

Encabezado por empresas alemanas como E.ON, Siemens o el Deutsche Bank, Desertec es un ambicioso plan para construir decenas de centrales solares y algunas eólicas, de Marruecos a Egipto, para que, de aquí a 2050, proporcionen al menos el 15% del consumo eléctrico de Europa.

Entre los participantes figuran también compañías españolas, como Red Eléctrica y Abengoa Solar, francesas como Saint-Gobain, italianas como Enel y Terna, etcétera. La inversión prevista en los próximos 38 años es de 400.000 millones de euros.

Las centrales consisten en miles de grandes espejos de metal que dirigen los rayos del sol hacia tuberías con aceite que traspasan el calor a agua. Al calentarse mueve turbinas de vapor que, a su vez, generan electricidad 24 horas al día porque el calor se almacena en grandes depósitos de sales fundidas. Esta electricidad será transportada a Europa mediante cables de alta tensión especiales (HVDC) con apenas pérdidas. En seis horas el Sáhara recibe tanta energía solar como la que consume el mundo en un año.

Marruecos, el área de Ouarzazatte, es el lugar elegido para poner la primera piedra. En 2012 se empezará a erigir una central que ocupará 12 kilómetros cuadrados, producirá 150 megavatios y costará 600 millones de euros. Después se construirán otras centrales hasta alcanzar los 500 megavatios.

A partir de 2015, su electricidad será en parte vendida en el mercado marroquí, en parte en el español. España, cuyo primer proveedor de hidrocarburos es Argelia, tendrá entonces un segundo suministrador energético de peso en el Magreb.

Hace ya un par de años, Marruecos lanzó por su cuenta su propio plan solar, eólico e hidráulico que prevé invertir (6.220 millones de euros) para levantar centrales que, de aquí a 2020, produzcan 2.000 megavatios equivalentes al 42% de su consumo eléctrico.

Argelia está, junto con Túnez, entre los siguientes objetivos de Desertec. Con Túnez las conversaciones están muy avanzadas. El consorcio empresarial de Múnich confía también en que, de aquí a 2020, al menos otros cuatro países árabes (Libia, Egipto, Siria y Arabia Saudí) y Turquía se apunten al proyecto, que entonces desbordaría los límites del Sáhara.

El megaproyecto en cifras
  • Abastecimiento. El 15% de la electricidad que consumirá Europa en 2050 provendrá de instalaciones de energía renovable en el norte de África, según las cifras que maneja Desertec.

  • Infraestructuras. 500 gigavatios de potencia solar térmica, de los que 340 serán para consumo local, 60 para desalinización y 1.000 exportables a Europa, con un volumen de 700 teravatios por hora al año.

  • Transporte. Construcción de una red de transporte en corriente continua de 100 gigavatios, superpuesta a la actual. Las pérdidas estimadas serían del 10% para distancias de 3.000 kilómetros.

Realidades del proyecto.

Dadas cifras de este proyecto faraónico es el económico, y es que a pesar de contar con la participación de algunas de las multinacionales más grandes de Europa, entre ellas EON, Munich Re, Siemens, y el Deutsche Bank, los más de 500.000 millones de euros de su coste, hacen de él, algo impensable en una coyuntura económica como la actual.

Dentro del los trámites del proyecto también coexisten problemas socio-políticos, ya que preocupa como las políticas gubernamentales y la estabilidad regional puedan afectar a las futuras inversiones y se espera que cambios en la regulación creen “ un clima comercial favorable” para el proyecto. También se reconoce, sin embargo, que estos cambios serán difíciles de conseguir especialmente al involucrar la cooperación entre los 27 miembros de la UE y varios estados políticamente inestables en la región MENA. Emplazar parte o todo el proyecto Desertec en Europa ayudaría no solo a reducir costes sino también a eliminar los factores de incertidumbre geopolítica que podrían amenazar el potencial del proyecto.

Otras alternativas al proyecto.

Desde luego todo proyecto que tenga como objetivo incrementar la producción y el consumo de energías renovables es positivo, lo que ya no tiene tanto sentido es cambiar de proveedor de energía, es decir, dejar de depender de los países exportadores de combustibles fósiles para pasar a depender de países productores de energías renovables.

Creo que tanto la Unión Europea como las compañías europeas involucradas en este proyecto deberían centrar sus esfuerzos en conseguir un consumo más eficiente de la energía y aumentar la producción de energías renovables en los países miembros de la Unión Europea.




Toda esta inversión en el seno de la Unión Europea traería dos consecuencias que ahora mismo considero vitales para el futuro económico de la misma. Por un lado toda inversión representa una importante receta para reducir los efectos de la actual crisis económica y el desempleo y por otro lado reducir la actual dependencia energética de terceros países.

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