martes, 12 de marzo de 2013

El grafeno puede convertir la luz en electricidad.

Sin duda el grafeno será uno de los materiales de este siglo dado el fantástico cóctel de propiedades eléctricas, ópticas, mecánicas y térmicas que ofrece, y que según apuntan algunos investigadores, podría llegar a ser un digno sucesor del silicio en la construcción de circuitos integrados. Pero según las conclusiones extraídas de un estudio realizado por el ICFO, parece que el grafeno también podría convertir la luz en electricidad.

El grafeno o alotropía de carbono, es un teselado hexagonal plano compuesto por átomos de carbono y enlaces covalentes, caracterizado por ser el primer material cristalino bidimensional de un solo átomo de grosor. Las cualidades de este singular material de átomos empaquetados en una estructura de panel de abeja están maravillando a la comunidad internacional, acaparando tanto investigaciones en laboratorios de medio mundo como titulares sobre sus últimas aplicaciones en publicaciones especializadas.

El grafeno posee una apariencia transparente, extremada flexibilidad y resistencia comparable a la del acero.

Estas son las principales cualidades por las que ha suscitado tanto interés el grafeno. A pesar de su apariencia de película transparente, sorprende por su extremada flexibilidad –similar a la goma– y su resistencia comparable a la del acero. De hecho, su sorprendente grosor de tan solo un solo átomo lo encumbra como el material más fino del mundo. Pero si a su grosor le sumamos su resistencia –al menos 200 veces más indemne a la rotura que el acero– y su extraordinaria densidad, obtenemos tres cualidades que junto con su condición de avanzado conductor de la electricidad y del calor, tenemos el sustituto idóneo del silicio y del cobre, respectivamente. Por si fuera poco, además, mejora la resistencia a las altas temperaturas del diamante, lo que permite prescindir de los aceleradores de partículas kilométricos a la hora de realizar ciertos experimentos.